La rica biodiversidad y los ecosistemas únicos de la Amazonia ecuatoriana están cada vez más amenazados por la deforestación. Esta amenaza se debe a diversos factores, como la expansión agrícola, la explotación minera insostenible y la minería ilegal. Estas actividades amenazan no sólo al medio ambiente, sino también a las comunidades indígenas que dependen de la selva para su subsistencia. En este artículo exploramos las consecuencias de la deforestación en la Amazonia ecuatoriana, centrándonos en la minería ilegal.
Explotaciones mineras ilegales en Ecuador
La minería ilegal es la extracción no regulada de minerales preciosos como el oro, el cobre y el petróleo, a menudo desafiando las leyes medioambientales. Los mineros ilegales operan clandestinamente, utilizando métodos destructivos como la minería a gran escala, el uso de mercurio tóxico y la destrucción de grandes extensiones de bosque.
Estas actividades son una verdadera preocupación en la Amazonia ecuatoriana, especialmente en la provincia de Napo, que ha sido declarada en «estado de emergencia».
Esta región alberga comunidades indígenas como los kichwas y cubre el 70% de las zonas protegidas del país. Según un informe de la Fundación Ecuatoriana de Estudios Ecológicos, «las zonas protegidas albergan una abundante flora y fauna, lo que convierte a esta parte del país en una de las más ricas en biodiversidad».
El impacto de estas operaciones sobre el medio ambiente y las comunidades indígenas
La deforestación causada por las explotaciones mineras ilegales está provocando una pérdida irreparable de biodiversidad. Se destruyen hábitats naturales, amenazando especies animales y vegetales únicas. Además, el uso de mercurio en el proceso minero contamina las vías fluviales locales, contaminando los ecosistemas acuáticos y poniendo en peligro la salud de las comunidades locales.
Las comunidades indígenas de la Amazonia dependen de la selva para su supervivencia física, cultural y económica. La deforestación y la minería ilegal les privan de recursos naturales esenciales como plantas medicinales, frutas y madera. Las comunidades indígenas también están perdiendo su autonomía y su modo de vida tradicional, lo que conduce a una profunda degradación cultural.
Un reciente estudio sanitario publicado en la revista Evaluación y Gestión Integradas del Medio Ambiente descubrió que la exposición a metales tóxicos en determinadas zonas de la cuenca del Napo era 352 veces superior a los límites permitidos, lo que aumentaba el riesgo de cáncer de la población local, sobre todo de los niños.
Hace unos años, el gobierno de Ecuador decidió actuar. Desplegó al ejército para desmantelar las minas ilegales. A pesar de esta decisión, el número de explotaciones ilegales sigue aumentando, causando estragos en los bosques, la biodiversidad y la salud de las comunidades indígenas.
Trabajamos con las comunidades kichwa de Napo para restaurar la selva amazónica ecuatoriana: para saber más sobre nuestro proyecto en Ecuador..